Después de pasar cinco años de mi vida estudiando pedagogía en
historia, el año pasado por fin entregue mi tesis, no sin inconvenientes de por
medio, y por fin me titule.
Como resumen de mi vida el año pasado se puede decir: tesis y más tesis
hasta el 31 de marzo cuando por fin la entregue, por fin era libre pero… me
fracture el pie cuando me evacuaron de mi trabajo en el plan de Valparaíso por
la alerta de tsunami del terremoto en Iquique, el 2 de abril.
Con bota ortopédica y licencia médica por un mes y medio, tome mis
maletas y me fui al sur a acompañar a mi mamá, esperando la fecha para mi
defensa de tesis, entre medio mi cumpleaños y muchas muchas horas de series,
pelis y anime de por medio, ya que mi pie no me permitía mucha movilidad, así
que no estuve para el incendio de Valparaíso.
Volví al puerto antes de mi defensa, ya que mi compañero de tesis me
iba a matar si no preparábamos la defensa… así un 15 de mayo o 14, ya ni me
acuerdo, defendí mi tesis y pase a formar parte del extenso y cesante club de
los profesores de historia.
Como mi licencia médica terminaba el mismo día de mi defensa (coincidencias
de la vida, en serio!), no quería volver a trabajar en esa empresa, dedique
cinco años de mi vida a ese trabajo y jure cuando entre ahí que solo sería
mientras estudiaba y apenas terminara mi carrera me iría con la frente en alto
y la satisfacción de cumplir una meta, así que al día siguiente fui a renunciar,
con sentimientos encontrados ya que a pesar de a veces odiar la pega, y alegar
y quejarme por todo, igual extrañaría a las personas que conocí ahí, la vida me
junto con ellos y aun me sigo juntando con ellos de vez en cuando.
Así que quede cesante por decisión propia, una decisión muy pensada y
reflexionada por cinco años!!
Para empezar mis vacaciones me fui nuevamente al sur, a celebrar el
cumpleaños de mi mamá y mi nuevo título. Mi mamá tiene varias paredes de la
casa con todos los diplomas que he conseguido en mi vida…
Volví en junio al puerto, no paso ni una semana y me llamaron de un
trabajo para un diario electrónico, al que obviamente dije que sí, ya que
seamos sinceros, no tengo mucha experiencia en prensa y definitivamente en esa época
del año encontrar pega de profe es muy difícil. Así que comencé a trabajar
medio tiempo en un periódico electrónico. Además de escribir de free lance en
otras páginas.
Mi sueldo no era la gran cosa pero tenía tiempo, por primera vez después
de 7 años tenía TIEMPO para salir a caminar, ir al cine, ir de compras, visitar
a mis amigos, ir a carretear, leer, ver tele y hasta incluso exponer mi tesis
ante un auditorio en las Jornadas de Historia de Valparaíso, sin tener que
hacer malabares entre la universidad y el trabajo.
De vez en cuando me llamaban para hacer reemplazos de profesora de
historia en colegios de la zona, además de pitutear en cuanta peguita extra
encontrara que me sirviera para mi curriculum de profe, que es más pequeño que
el de periodista.
A fin de año, y por problemas económicos de la agencia que me contrato
para trabajar en el periódico, me despidieron, aunque ya sabía hace un tiempo
que la pega no duraría más allá de fin de año, igual me sentí dolida. Lo tome
con calma, con el dinero que tenía me alcanzaba para sobrevivir hasta
diciembre.
Me fui al sur para las fiestas y me quede allá por el verano, realmente
descanse y disfrute de mi casa, nunca había disfrutado tanto mi hogar, cuando
mi mamá termino de construir la casa hace siete años yo solo alcance a estar tres meses y me vine a
Valparaíso, por lo que nunca me familiarice con ella, además tenía a mi perro
Conan de compañero un Akita americano muy fiel.
En marzo me vine al puerto con la excusa de buscar trabajo, pero más
que nada para ordenar mi departamento y cuidar de mi hermano pequeño que se
vino a vivir conmigo cuando entro a la universidad. A los pocos días me tuve
que devolver al sur por problemas familiares y me quede hasta mi cumpleaños número
30, el siete de abril, al día siguiente volví al puerto con la idea de
encontrar una trabajo para mí… y aquí estoy más confusa que antes.
Si bien quiero trabajar, más que por tener dinero, para ejercer al
menos una de mis carreras, no me siento muy convencida de si realmente eso es
lo que quiero, es decir, amo escribir y contar historias, por eso estudie periodismo,
también amo la historia y me gusta investigar y sobretodo enseñar la historia,
me gusta retribuir a los demás con algo, aunque sea un poquito de lo que soy,
pero no quiero despertar un día cuando tenga 65 años y ver que mi vida se me
fue entre los dedos mientras estaba encerrada trabajando, no quiero ser de esas
personas que viven para trabajar, y que recién cuando jubilan comienzan a vivir
sus sueños.
Quiero mi libertad, en estos momentos no tengo ataduras, no tengo
deudas, no tengo una familia que dependa de mí, sé que la situación seria
diferente si tuviera deudas o una familia a la que cuidar, pero no es así.
Veo a mis amigos y lo que veo no me gusta, profesionales con muy buenos
trabajos, que se levantan a las seis de la mañana para ir a un trabajo, que si
bien es lo que estudiaron por cinco años, no les gusta y no los llena como
personas, tienen buenos sueldos, una vida cómoda, pueden comprarse un auto último
modelo, lo último en tecnología, etc. Pueden ir al extranjero de vacaciones,
aunque solo sea por un par de semanas al año, con los ahorros que juntaron trabajando
durante todo el año, trabajando todo el día y llegando a las siete u ocho de la
noche a su casa, solo para comer, ordenar un poco la casa, ver los planes del
otro día y dormir, con suerte algún panorama entre medio de la semana.
Yo no quiero eso para mí. Nunca he sido una persona que se aferra al
dinero, mis metas y sueños no van por ese camino, nunca soñé con tener una casa
propia, un auto o esas cosas, de echo por lo mismo no he querido sacar la licencia
para conducir, inevitablemente la tendré que sacar pronto pero no porque quiera
alguna vez tener un auto, sino porque en algunos casos puntuales es necesaria
como las emergencias. Con respecto a la casa, siempre he considerado los bienes
materiales como patrimonio, algo que se hereda a la familia, en mi caso decidí
no tener hijos y a pesar de que no me cierro totalmente al matrimonio, no está
en mis planes, por lo que acumular bienes materiales es realmente innecesario
desde mi punto de vista.
Mis metas y sueños tienen más que ver con las experiencias de vida y
con lo que puedo entregar al resto de las personas, aún no sé cómo complementar
lo que quiero con un trabajo, y que realmente me llene como persona.
Así que así estoy hoy, y así es como llegue a donde estoy.