Desde que tengo memoria siempre me ha gustado ver "monitos animados", y entre medio de la mezcolanza de dibujos que vi en mi tierna infancia se encontraban algunas series de anime como la nunca bien ponderada Robotech y la llorona Candy.
Con el paso de los años me fui dando cuenta que estos monitos eran diferentes al típico Tom y Jerry o a los dibujos gays de Disney. Y a la vez iba descubriendo otras series y películas de este tipo como Akira y las series Captain Tsubasa (Los súper campeones), Dragon Ball y Sailor Moon.
De a poco el ver anime se transformo para mí en algo más que un simple pasatiempo y se convirtió en una pasión, así como el fútbol para los hombres.
Y hoy a mis 21 años no me imagino mi vida sin el anime, para mi es como una forma de vida, muchas personas no entienden que puede tener de interesante unos dibujos hechos en Japón, pero en realidad son mucho más que simples dibujos, sus temáticas abarcan desde los típicos problemas habituales del ser humano hasta las dudas existenciales y los problemas que afectan al mundo.
Nunca he visto una película más crítica acerca de la condición humana que en el anime, y es que es tal el poder de cuestionamiento de este arte que muchas veces me obliga a pensar y replantear algunos principios de mi vida.
Muchas personas piensan que el ver anime es para niños, pero lo que en realidad no saben es que ellos son tan prejuiciosos e ignorantes que ni se imaginan el mundo que se esconde detrás de una serie.
Se puede decir que mi vida gira en torno al anime, aunque suene raro, pero es así.
De a poco el ver anime se transformo para mí en algo más que un simple pasatiempo y se convirtió en una pasión, así como el fútbol para los hombres.Y hoy a mis 21 años no me imagino mi vida sin el anime, para mi es como una forma de vida, muchas personas no entienden que puede tener de interesante unos dibujos hechos en Japón, pero en realidad son mucho más que simples dibujos, sus temáticas abarcan desde los típicos problemas habituales del ser humano hasta las dudas existenciales y los problemas que afectan al mundo.
Nunca he visto una película más crítica acerca de la condición humana que en el anime, y es que es tal el poder de cuestionamiento de este arte que muchas veces me obliga a pensar y replantear algunos principios de mi vida.
Muchas personas piensan que el ver anime es para niños, pero lo que en realidad no saben es que ellos son tan prejuiciosos e ignorantes que ni se imaginan el mundo que se esconde detrás de una serie.Se puede decir que mi vida gira en torno al anime, aunque suene raro, pero es así.
